Como todo lo bueno, también esta experiencia tenía que llegar a su fin. Amanecimos con una mezcla de sensaciones: la satisfacción de haber exprimido al máximo cada momento y la melancolía de saber que era hora de recoger. Las maletas estaban listas, pero aún nos quedaba un último desayuno para saborear el cierre como se merece. Así que nos dirigimos en coche a nuestro ya habitual Trenó, Coffee and Brunch. Esta vez la sensación fue distinta: ya no éramos unos clientes más, sino casi parte del mobiliario. Nos recibieron con una sonrisa y sin que tuviéramos que decir nada, ya sabían lo que íbamos a tomar. Un pequeño gesto que dice mucho y que nos hizo sentir, por un instante, como en casa. El programa del día tenía un cierre de altura: una actividad extraescolar al aire libre, de esas que combinan naturaleza, deporte y aprendizaje. El punto de encuentro fue el embarcadero del Río Támega, a unos 25-30 minutos del instituto. Los alumnos llegaron caminando, como hacen habitualmente, sin n...
Nuestro penúltimo día en Marco de Canaveses comenzó con lo que algunos podrían considerar una señal del destino: una moneda de 10 céntimos apareció en nuestro camino mientras subíamos la ya familiar cuesta que conduce al centro de la población. No sabemos si nos dio suerte, pero desde luego fue una forma curiosa de empezar la jornada. Nada más llegar al centro, Berta, la directora, nos recibió con una propuesta que nos hizo especial ilusión: quería organizar una cena de despedida esa misma noche con parte del equipo anfitrión. Un gesto que habla del compromiso y la calidez con la que nos han acogido desde el primer momento. Y como no podía ser de otra manera, aceptamos encantados. La agenda del jueves, como viene siendo costumbre, no dio tregua. La primera cita fue con María do Céu, la psicóloga del centro. Siguiendo el formato habitual, ella comenzó contándonos su papel en el agrupamiento y nosotros no tardamos en lanzarnos con preguntas. Nos explicó que el equipo de orientación ...