A pesar de la lluvia persistente, el grupo se sumergió en el Teatro y Anfiteatro de Mérida con entusiasmo. La climatología no impidió que descendieran al escenario, donde el eco de la historia se dejaba notar entre las piedras antiguas.
La parada siguiente fue el Museo Nacional de Arte Romano, que rápidamente se convirtió en la favorita de los alumnos. Obras maestras de la antigüedad capturaron su atención, ofreciendo una ventana al esplendor de la Roma antigua.
Mientras exploraban Garrovillas, las profesoras probaron las auténticas migas extremeñas, añadiendo un toque gastronómico más a su experiencia. La visita a la Plaza, Iglesia y Convento de Garrovillas les gustó mucho. Incluso compraron dulces en el convento que seguro que les supondrá un recuerdo dulce de su paso por este lugar.
Por último pasaron por el Corral de Comedias de Garrovillas, un sitio sin duda con una magia especial.
A pesar de los desafíos meteorológicos, el cuarto día en Mérida y Garrovillas dejó huella en los estudiantes. Seguimos aprendiendo, seguimos trabajando.
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